Para el Hospital de Saint Pierre, uno de los que más ha luchado contra la COVID-19 en Bruselas, toda ayuda era poca. Elena no se lo pensó dos veces y se presentó voluntaria: «Quería estar ahí», nos dice. Elena había estado trabajando un año en el servicio médico del Parlamento Europeo en Bruselas cuando se presentó, el 16 de abril, en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Universitario de Saint Pierre. «Llegué cuando lo peor ya había pasado, pero todas la camas de la UCI estaban aún ocupadas por pacientes de COVID-19. Mi trabajo era ayudar al personal de enfermería en primera línea. Nos ocupábamos de los pacientes, les dábamos su tratamiento y les prestábamos la ayuda que necesitaban. Con Bélgica recuperándose poco a poco, Elena ya puede volverse a casa. «Hubiera querido quedarme hasta que la COVID-19 fuera solo un mal recuerdo, pero tenía que volver a mi puesto de trabajo. Una parte de mi corazón se queda para siempre en el hospital y en el Parlamento», concluye.